Planteado como estrategia inmobiliaria de la firma Salvo Hnos, el Palacio Salvo se levanta como prueba material de una carrera exitosa. El presente trabajo estudia el edificio teniendo en consideración las lógicas de encargo y las estrategias proyectuales empleadas por Mario Palanti, arquitecto a cargo de la obra. El proyecto materializado por Salvo Hnos. se transformaría en un ícono de modernidad en el Uruguay de principios de siglo XX. En efecto, la imagen de prestigio y solidez representada por la tipología del rascacielos resultó funcional a las estrategias que intentaban realzar la producción uruguaya. Inaugurado oficialmente con la celebración de la Primera Exposición de la Industria Nacional, el 12 de octubre de 1928, el Palacio Salvo resultaría un dispositivo eficaz al momento de construir una imagen de solidez y confianza en torno a la manufactura nacional.