El Ayuntamiento de Murcia se levanta en la Plaza del Cardenal Belluga, una plaza barroca donde los protagonistas son la fachada de la Catedral diseñada por Jaime Bort y el Palacio del Cardenal Belluga, obra del arquitecto Canestro. Moneo diseña el edificio del contenido del Ayuntamiento en su papel de espectador, sin buscar el estatus de protagonista de los dos edificios históricos. El poder civil se encarna en este edificio en el lugar donde la Iglesia muestra su poder. La fachada / retablo del ayuntamiento frente a la plaza nunca podría, ni nunca, querría competir con el orden clásico. Se organiza como una partitura musical, numéricamente, aceptando el sistema de niveles horizontales de las losas. La fachada resiste simetrías y ofrece como elemento clave el balcón de la galería. El Ayuntamiento no tiene entrada en la plaza. Respeta la preeminencia de aquellos edificios que la han ocupado durante tanto tiempo