Mediante la nueva edificación se debían conectar dos tramas urbanas: una irregular típica del núcleo tradicional y otra regular del barrio minero. El proyecto consta de dos fases, materializadas en sendos edificios situados perpendicularmente. La volumetría propuesta tiene un perfil anguloso, la planta aja se retranquea para reforzar la idea de un cuerpo flotante.