El proyecto plantea un circuito concebido para albergar el mobiliario urbano público, asociado a una sinuosa sección del camino La Pólvora. Cada estación de detención del circuito está compuesta por "sombreadores" que, a la manera de un pequeño grupo de árboles, sustentan su follaje metálico por medio de pilares. Como elementos de descanso se han dispuesto unos volúmenes de concreto que evocan elementos de orden naval. Una balaustrada de concreto unifica el recorrido, lo mismo que la vereda que acompaña el recorrdio vehicular. Todos los elementos responden a una trama hexagonal.