La antigua sede de la escuela funcionaba en un edificio patrimonial de finales del siglo XIX. Se decidió la provisión de un nuevo edificio para conservar el antiguo y se llamó a concurso para decidir la localización y resolver el programa. El proyecto ganador sostuvo el emplazamiento intramuros aceptando y potenciando las relaciones con lo existente. El edificio, en forma de Z, propone ajustarse a los límites del solar y a la topografía y se mimetiza con su entorno a través del uso de materiales similares.