El restaurant surge de una intevención en la planta baja de una casa de campo centenaria, a la que se ha añadido una nueva crujía en la cara norte que se prolonga en un porche con lamas a modo de filtro visual. Las divisiones interiores se modulan respetando la configuración estructural original pero consiguiendo un espacio diáfano y con vistas al exterior. La fachada avanza sobre el jardín para conformar un acceso de acero y vidrio.