La autora presenta una serie de proyectos de rehabilitación de viviendas urbanas en el centro histórico de Quito: calle Caldas, barrio y conjunto plaza San Marcos, barrio San Juan -casa Sáez Moreira y casa San Juan-, barrio La Chilena y conjunto Cotopa XXI.
La casa se ubica en un lote de 4 x 30 m en Jadim Europa, un sector donde las parcelas son pequeñas porque se trata de terrenos divididos. El proyecto configura el espacio por sumatoria de elementos: un muro que cualifica y delimita los espacios domésticos y el espacio urbano; dos cajas contienen el programa aunque rompe con los esquemas tradicionales de distribución por nivel; un puente conecta los dos volúmenes mientras que el jardín toma una posición central en la composición.
El proyecto resuelve una pequeña casa de playa, un refugio que pretende trascender su condición física para proponer espacios que cambian, flexibles, adptables que se vive y son transformados en el tiempo. Se realiza un planteo organizativo definido por articulaciones que posibilita compartir la casa; el espacio de reunión se sitúa intermedio y los espacios destinados a dormitorios se apartan para favorecer el alquiler de los mismos.
Si bien la casa X no fue diseñada para un solar específico fue pensada dentro del contexto de la ciudad de Quito, muy conocida por los arquitectos. La vivienda estaba preparada para posarse sobre una plataforma orientando los lados abiertos de este a oeste. Está forrada con paneles de acero que admiten la oxidación; la piel interior se compone de planchas de plywood atornilladas que envuleven los espacios.
Tres caracterísicas de preexistencia son significativas en la propuesta: la ubicación, el clima y el tejido urbano circundante. Se ubica en el barrio homónimo en la capital; las condiciones climátimas -semitropicales, con altas temperaturas y lluvias abundantes- que plantean la necesidad de espacios intermedios y las dimensiones del terreno, un lote residual de 7.6 x 10 m con orientación norte-sur y un perímetro totalmente construído. El lote se divide en tres franjas desiguales en sentido longotudinal; cada una se materializa a través de volúmenes en los que se organiza el programa doméstico.
La vivienda se ubica en el country Las Colinas, sobre un lote de 3200 m², en la zona oeste de la ciudad. Desde un desvío en el camino, surge el volumen alargado de la casa que parece extenderse buscando el horizonte fluvial. La vivienda constrasta en los extremos: en el frente -acceso- se despega del suelo elevándose sobre el terreno y sobre el lado opuesto -interioridad doméstica- se extiende sobre el terreno diluyéndose mediante con terrazas y galerías en la naturaleza.
En entrevista, el arquitecto argentino reflexiona sobre la vivienda, las relaciones entre la forma de habitar y las formas de hábitat, la necesidad de vivienda de interés social en Latinoamérica y los trabajos innovadores al respecto.