La obra saca partido de la condición inicial de la casa para responder a los nuevos requerimientos con la mejor estrategia posible; la intervención propone un camino metodológico donde se asume el riesgo de pensar en el "hacer" y de dejar que sea el edificio "quien hable". Los materiales tradicionales se intercalan con otros contemporáneos en una actuación de sutileza.
El proyecto surge de la dispnibilidad de un terreno en la ciudad de Santa Ana y la reutilización de dos contenedores; la estrtegia proyectual superpone los artefactos al entorno natural como si fuera una instalación efímera. Los mismos se disponen sobre pilotes para nivelar la leve pendiente de la parcela y se orientan con las aberturas en oposición a la calle, abriéndose al interior. La distribución de volúmenes se completa con un tercero para servicio sanitario, construído en mampostería tradicional.
Con el desarrollo del proyecto de los edificios de gobierno en las plazas Bolívar y El Cristo, espacios públicos de gran valor social para la ciudad, la alcadía tomó un nuevo rol de preservador y promotor del espacio ciudadano, proponiendo la recualificación urbana del sector. El conjunto está compuesto por dos bloques bien diferenciados: el poder ejecutivo y sus distintas secreatrías se disponen en un edificio con patio central mientras que el poder legislativo se vincula al entorno próximo por un gran espacio abierto con función de hall urbano.
El proyecto incorpora la casa existente; se han retirado tabiques y elementos que perturbaban los espacios, pero se aprovechan las estructuras y la ubicación de los ambientes así como la escalera principal. El programa incluye aulas de clase, oficinas, lugares de reunión y librería y se destacan en tamaño la galería y el auditorio -que se desarrolla en un nuevo volúmen, vinculado por un espacio de transición-.
El edificio se ubica en un tejido urbano heterogéneo, conformado por edificios históricos que coexisten, genernado una imagen compuesta de estratos. Frente a la consolidación de la línea de edificación en una fachada contínua, el edificio se retira para ercomponerla luego con la proyección de una gran cáscara-parasol de hormigón que cubre ese espacio. En el plano programático, además de las funciones administrativas, las plantas libres del edificio fueron concebidas para albergar diversos usos y propiciar apropiaciones múltiples: exposiciones, conferencias y trabajos en comisión.