La casa manifiesta un dualismo que combina recursos estructurales y espaciales. Tanto el cuerpo de hormigón como la estructura prismática tubular de acero y vidrio, contituyen elementos que cumplen doble función: construír y aplicar criterios estructurales del sistema SAI y definir la relación interior-exterior. El programa se divide acorde a las condiciones volumétricas: en el volumne macizo se ubican los dormitorios mientras que el transparente aloja las funciones públicas. El espacio abierto soterrado es una extensión/transición que conecta el área privada con el espacio exterior de soarium y piscina que miran al mar.
La vivienda se emplaza en un solar de 5000 m², contenida en un volúmen rectangular desarrollado en dos plantas que se posa sobre el terreno en dirección este-oeste paralelo a la pendiente. El volúmen se genera a partir de un pliegue laminar de la losa de entrepiso, que cubre los recintos del primer nivel y envuelve los espacios del segundo. La lámina es sostenida por los muros que cierran el volumen hacia el sur, junto a un sistema de pilares y muros secundarios que permiten la abertura hacia el norte. Respecto al programa, la casa se ordena en torno a un circuito de circulación contínua que permite la contemplación del paisaje durante el recorrido.
La casa integra las funciones de una residencia familiar nuclear convencional con un taller de teatro que alberga actividades de escuela, ensayo y espectáculo teatral. Una armazón modular metálica define a modo de gran bastidor el cuerpo residencial superior que se asienta sobre un basamento de hormigón armado que alberga el taller. Un balcón en voladizo, intermedio al estar-comedor-cocina remarca la condición de teatralidad en la escala urbana.
Enclavada en los diez metros de inclinación natural del terreno, la casa se escalona sobre dos ejes perpendiculares al sentido de las pendientes para minimizar los cortes sobre el talud natural y contener los empujes de la tierra, agrupándolos en módulos de seis por seis que permiten descender y recorrer longitudinalmente el interior del proyecto y el extreior del terreno, un sistema constructivo que recuerda al tablero-talud de la arquitectura prehispánica. La casa está concebida como lugar de cobijo, lugar social y de trabajo por lo que sus plantas representan un programa acorde a estas necesidades.
La casa media entre la casa urbana y la casa playera, su resolución espacial actúa como un dispositivo de interacción e intercambio con el mundo a partir de la propuesta de una gran cubierta única que a la manera de capa, se manifiesta como espacio de interfase. El conjunto de espacios y funciones opera por superposición de niveles, resguardados bajo ese plano que se constituye en figura y organiza el conjunto de acciones compositivas que se subrdinan a ellas.
Básicamente la casa es una caja de madera que se despliega en terrazas y pasarelas distribuyendo en altura las múltiples áreas de estar internas y externas. A este cuerpo principal se le adosa un austero volumen de laderillo que aloja las áreas de servicio. Una marcada conciencia medioambiental se expresa en todas las decisiones de proyectuales.
En entrevista, el arquitecto boliviano reflexiona sobre sus referentes, el respeto al medioambiente, la toma de decisiones proyectuales y su proceso creativo.